Tu mirada me penetró
pero tu voz me estremeció,
¿estaba enamorada?
¿o estaba enloquecída?
Tus ojos como dos gotas
de agua se me escapan...
Tus labios querían besar,
los mios que temían amar.
Intenté escapar de tí
pero todo fue inútil,
escapé fisicamente...
Pero sigues en mi mente,
olvidarte jamás podré,
eternamente te amaré.
Araceli Posada - 16 de Noviembre de 1998
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