Puse los cimientos
de mis castillos en el aire,
en tu inestable corazón,
y fue como un barquito
de papel en el océano,
en medio de la tempestad.
No duró más que un momento,
entre sacudidas, idas y venidas,
se fue venciendo nuestro amor,
y cuando quise acordar,
ya no me decías al oído
dulces palabras...
Y cuando quise ir a buscarte
ya estabas bien lejos
de mi cuerpo y de mi alma.
Y ahora,
ya nada puedo hacer,
te fuiste y no creo
que algún día volverás.
Araceli Posada
No hay comentarios:
Publicar un comentario